En consecuencia y por concepto de Pedro de Sarachaga vecino de esa ciudad y dueño de toda La Mesa de Juan Díaz, el día 27 del mes de noviembre de 1771 el Virrey Messia de la Zerda decretó: el traslado de la citada Mesa el Mercado que se hace en el sitio del Guayabal y que sea en el paraje y terreno el más acomodado.
El sitio para la nueva población estaba previsto desde el 6 de agosto de 1776 por Don Ramón de Ibañez y el cura Laureano de Rojas, en desarrollo del anterior decreto.
El acta de fundación fue firmada por Ramón de Ibañez, Juan Laureano de Rojas y Torres, Joachin de Lis, Antonio Bruc, y como testigos Juan Bautista de Casas y Jose González Palacio.
Acta de traslado de la villa de La Mesa
"En el sitio de La Mesa de Juan Díaz, jurisdicción de la Ciudad de Tocaima, el doce de marzo de mil setecientos setenta y siete, en cumplimiento de lo mandado en auto de diez del mismo, que antecede, yo el comisionado D. Ramón Ibáñez para la población que se ha de hacer en el paraje de marcado por el informe de seis de agosto del año pasado, que corresponde al folio 16, aprobado por la superior providencia de veinticinco de septiembre del mismo, folio 50 vuelto, procedí con asistencia del Señor Cura actual Don Láudano de Rojas a la demarcación del sitio correspondiente a la población, que se halla entre las dos quebradas que se señalaron por dicho informe, comenzando a medir con una cuerda de cien varas desde una piedra herrada, que se halla en la quebrada nombrada La Carbonera, camino real para Tocaima, término divisorio de las tierras de Don Joaquín de desde dicho primero lindero, por la correspondiente a dicho Bruc, se midieron trescientas cincuenta varas, Norte-Sur, aguas abajo de ella, hasta la manga que llaman de El Diablo, mirando por sobre esta piedra que está al filo de la tierra frontera a dicho volcán, parte interior de la que se ha de poblar y desde dicho lindero, puesta la escuadra, se tendió la cuerda en rectilíneo por latitud, hasta otra nombrada de El Rayo, y hubo cuatro cabuyas de a cien varas, Leste-Oeste; y desde este lindero se tendió en longitud el segundo lienzo, Norte-Sur, buscando la derechura de la segunda quebrada y hasta la piedra marcada, término divisorio de las tierras dé los referidos Lis y Bruc; se encontraron otras trescientas cincuenta varas, todas de la pertenencia del último. Y para completar este lienzo con la mitad de otra tanta tierra de la pertenencia de Don Joaquín de Lis, puesta la escuadra sobre esta última piedra a los mismos vientos Norte – Sur; y tendida la cuerda, se midieron en recto, otras trescientas cincuenta varas, que hacen el número de setecientas, que componen siete cuadras de longitud, donde se puso otro lindero de piedra, marcada como las precedentes, desde el cual volvió a poner la escuadra, Oeste – Leste, y se midieron otras cuatrocientas varas de latitud para igualar el lienzo de la anchura, poniéndose su correspondiente lindero; y desde éste, del Sur al Norte, se cerró el cuadro de longitud en la piedra marcada en que se dio principio, de la Quebrada de La Carbonera, de Sur a Norte, donde bajo de la escuadra tendida la cuerda se midieron otras trescientas cincuenta varas de longitud que, con las que se dio principio a esta demarcación, componen setecientas y viene a resultar de cuatrocientos de ancho, Leste-Oeste, y setecientas de longitud Norte-Sur cuya diligencia practicada se procedió a delinear La Plaza en medio de la tierra de la población, por lo que respecta a latitud la que se señaló de cuatro cuadras de ochenta varas cada una, con sus ocho bocacalles de a diez varas de ancho con correspondencia a los cuatro vientos principales, poniendo sus estaciones de madera para su conocimiento. Y habiéndose hallado presentes a la demarcación, como interesados en el terreno, los referidos Don Joaquín de Lis y Don Antonio Bruc, les requeridijesen si estaban conformes, y convenidos en el valor de la tierra correspondiente a dicho Bruc, según lo aseguraron en diligencia de febrero, folio 61 vuelto, para de intervenir novedad, proceder a su avaluó, según se manda por la providencia citada de veinticinco de septiembre del año pasado, respondieron estar compuestas y allanados en la cantidad de novecientos pesos que es lo que corresponde a proporción de lo que le rinde anualmente al referido Bruc, por tener dentro de este globo ocho casas de arrendatarios que le producen a seis pesos cada uno, sin contar un solar en que actualmente fabrica casa el mencionado Bruc, que propuso y aceptó Lis le había de quedar libre.
Con lo que y pareciendo regular el referido convenio se suspendió la diligencia de avalúo y concluyó la presente demarcación; y en consecuencia de todo debía de mandar y mandé se saque testimonio desde el auto de obedecimiento, para dar cuenta a Su Excelencia de los progresos de dicho poblazón, como se previene por la citada provincia de veinte y cinco de septiembre, con reserva de irlo ejecutando cada tres meses, con los que se fuesen adelantando y con la de proceder a los demás por mi proveido en el auto precedente de diez del que corre, en orden a compeler y a premiar a los que han hecho ofrecimientos para la fundación concurran con ellos para principiar la rotura de cimientos de Iglesia, Casa de Cura y Cárcel Pública, continuando con dichos fondos las referidas obras, con los más que se puedan adquirir de estos vecinos, los de Guayabal y personales trabajos de unos y otros, tratados todos con la suavidad, amor y templanza que están prevenidos, bajo de cuyo concepto se finalizo este auto, que firmaron conmigo el referido Señor Cura como acompañado en calidad de ruego y encargo, Don Joaquín de Lis y Don Antonio Bruc, por interesados en el convenio de la venta de la tierra y testigos y por no haber Escribano .
Comisionado D. Ramón de Ibáñez, Acompañado Doctor Juan Laureano de Rojas y Torres, Convenio de la venta de la tierra Joaquín de Lis y Antonio Bruc, Testigo Juan Bautista de Casas, Testigo José González Palacios, La ubicación del área de población la realizó Don Pedro de Sarachaga."
El Camino De La Mesa
"En las épocas de la Colonia y la República, La Mesa fue la plaza comercial más importante del camino real que comunicaba a Santa Fe con el Sureste de Cundinamarca, Tolima, Huila, Quindio y Valle del Cauca. Allí confluían mercaderes llevando productos de la tierra caliente y los de la sabana con los suyos de la fría.
Con la historia que habla de la tribu de los Panches ocupando la entonces Meseta de Doima y la leyenda que empieza cuando con la bruma desaparece el noble Caballero Don Juan Díaz, toma vida un pueblo lleno de pasado, pero ahora aún más espléndido de riquezas, belleza y capacidad en sus gentes.
Por ella cruzaron Gonzalo Jiménez de Quesada, Federman y Belalcázar, cuando iban para Guataquí rumbo a España en 1539. Gobernaron y contribuyeron en su formación Virreyes y notables quienes del primer asentamiento en el sitio denominado Guayabal, el 11 de agosto de 1764 y siendo alcalde Juan José Jorge Camarino acuerdan trasladarla al sitio hoy llamado La Mesa de Juan Díaz.
Primeros Mesunos
Poco a poco desde aquel año y hasta 1778 se fueron trasladando el mercado, la cárcel, el vecindario y demás, en lo cual contribuyeron personajes como don Pedro Sarachaga que al donar parte de sus terrenos aparece como uno de los primeros fundadores.
Por último se construyó la iglesia de barro y paja, en lo cual colaboraron especialmente los vecinos más pobres y se acordó el traslado de los ornamentos, alhajas e imágenes de la parroquia de Guayabal.
Aparecen también como primeros pobladores según la relación de adquirientes de solares hecha por José Ignacio Palacios el 6 de agosto de 1779, Juan Laureano Rojas, Antonio González, Francisco Antonio Guzmán, Antonio Rodríguez, Nicolás Torres y 16 solares más incluyendo el de la cárcel. Fueron establecidos cultivos de caña y pastizales por José Benavides, Manuel Rodríguez, Ramón Guarnizo, Matías Rubio y José Antonio Olaya.
La ciudad de La Mesa fue fundada en el año de 1778 en el sitio denominado El Guayabal y trasladada en 1793 a la hermosa altiplanicie que hoy ocupa, distante unos cuatro kilómetros del punto anterior y de la cual fue propietario el español Juan Díaz, Dicha altiplanicie perteneció también a Joaquín Liz y luego a Francisco Domínguez. En el año de 1816 fueron fusilados por los españoles en la plaza principal de este lugar, el subteniente Andrés Quijana y el niño Francisco Julián Olaya, quien prefirió ir al cadalzo antes que denunciar el paradero de su padre el Coronel José Antonio Olaya, a quien los españoles perseguían con insistencia por haber tomado parte en la revolución ecuatoriana del 10 de agosto de 1809.
La ciudad ha sido capital de la extinguida y antigua provincia de Tequendama en el departamento de Cundinamarca, pero hoy conserva el carácter de cabecera de circuito judicial y de notaría y por tanto tiene dos juzgados de esa categoría y oficina de registro. Actualmente es capital de la Circunscripción Electoral de la Mesa, que se compone de los municipios que pertenecían a las provincias de Tequendama y Sumapaz y cuya circunscripción elige cuatro diputados a la Asamblea Departamental. El municipio elige nueve ciudadanos para formar el Concejo Municipal.
Hace unos treinta años fue la ciudad más comercial del departamento después de Bogotá, pero con motivo de la construcción y terminación del Ferrocarril de Girardot, su comercio se trasladó a sus extremidades, o sea, a Bogotá y a la población de Girardot respectivamente y a pesar de esto, siempre le ha quedado vida propia y tiene un comercio activo sobre varios artículos que se producen en su territorio.